5 de mayo de 2024

Rafa Márquez y sus últimos minutos en la cancha

Tras el silbatazo que sentenció una nueva eliminación en el Mundial, Rafael Márquez se dio tiempo de consolar a algunos compañeros que sí terminaron el partido y lloraban. Luego, se persignó, miró al cielo y desapareció por el túnel del estadio.

Márquez, uno de los futbolistas mexicanos más exitosos de la historia, fue la gran sorpresa en la alineación titular y jugó los primeros 45 minutos, en los que ayudó a preservar el empate sin goles. Pero el zaguero central se fue de la Arena Samara cabizbajo junto al resto de los mexicanos por otro intento fallido de alcanzar la huidiza meta de unos cuartos de final fuera de casa.

Inició el duelo decisión como contención. Las piernas no le daban para mostrar el nivel que lo etiquetó como figura internacional con el Barcelona. Pero luchó y puso orden, en defensa y al frente.

Un técnico en la cancha que gozaba de más fuerza en la mente que en las piernas, al menos en este Mundial de 2018.

Barridas y cortes. Diagonales al pie. Al final, el toque no se pierde, dicen los que saben. Y Rafael Márquez sabe.

Jamás volverá a entrar en la cancha, ni con la selección ni con club alguno.

Después de cinco Copas del Mundo y una carrera de casi 22 años, la carrera de Márquez tuvo un triste final, cuando México cayó ante Brasil. Por séptimo Mundial consecutivo, el Tricolor naufragó en los octavos de final.

No es el final que hubiera querido, venimos a Rusia buscando lograr cosas grupalmente y no individualmente” dijo Márquez al final del encuentro. “Quizá no le tomo tanta importancia por la forma en que se da esto”.

El exdefensa del Barcelona, quien había anunciado que Rusia 2018 sería el último torneo de su carrera, disputó 148 encuentros con su selección, la tercera cifra más alta en la historia para un mexicano. Deja como legado la marca de más partidos en Copas del Mundo para un futbolista azteca, con 18.

Nos sentimos orgullosos por el partido que hicimos, tuvimos algunas oportunidades de gol ante un equipo que aspira al título, por eso nos sentimos orgullosos de lo mostrado hoy”, dijo Márquez. “Nos vamos con la cara en alto… tristes por estar fuera del Mundial y habernos propuesto otra cosa”.

Además, es junto con Cuauhtémoc Blanco y Javier Hernández, uno de tres jugadores del Tri con goles en tres Mundiales distintos.

En Rusia, el veterano de 39 años registró su nombre en el libro de récords al disputar su quinto Mundial para unirse a su compatriota Antonio “Tota” Carbajal y al alemán Lothar Matheus. Pero en su último Mundial jugó apenas 83 minutos en tres cotejos distintos: 22 ante Alemania, 16 frente a Corea del Sur y los 45 contra Brasil.

Para el comienzo del segundo tiempo, Miguel Layún reemplazó a Márquez. Poco después vino el gol de Neymar que abrió la puerta para que Brasil triunfara por 2-0.

El adiós de Márquez fue triste no sólo por lo que ocurrió dentro del campo, sino fuera de él, meses antes con la acusación del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por presunta relación con un narcotraficante.

Por ahora voy a disfrutar el tiempo libre, han sido 22 años de trayectoria ininterrumpida y en el futuro seguramente estaré metido en el fútbol”, dijo.

SU TRAYECTORIA

Márquez debutó en México con el club Atlas cuando tenía 17 años. Tres temporadas más tarde emigró al Mónaco francés, donde fue campeón en su primera temporada.

En el 2003 fue adquirido por el Barcelona, con el que vivió siete años de gloria. Ganó las ligas del 2005, 2006, 2009 y 2010, así como la Champions de 2006 y 2009. En ese último año se coronó en el Mundial de Clubes.

Después de eso militó con los Red Bulls de Nueva York y volvió a la liga mexicana en el 2012 para incorporarse al León, con el que logró un bicampeonato.

El zaguero volvió a Europa en el 2014 para jugar con el Hellas Verona y de nueva cuenta retornó a suelo mexicano, con el Atlas, donde pasó los últimos tres años de su carrera y se retiró este año.

“Rafa”, mundialista en Corea del Sur 2002, Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018, se alista ahora para una vida sin el futbol.

Vía Excélsior

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