3 de diciembre de 2024

«No vi nada parecido en 35 años»: Los océanos «están explotando» con tormentas tropicales

En el hemisferio norte han surgido esta semana hasta cinco tormentas, entre ellas el peligroso huracán Florence, que se acerca a la costa este de EE.UU., según datos del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) estadounidense.

En el Atlántico, Florence (de categoría 2) no está solo, porque en la parte oriental del océano también se desarrolla el huracán Helene, de categoría 1, que avanza con dirección noreste hacia Europa. Se prevé que Helene pierda fuerza durante su trayecto y llegue a la parte occidental del continente europeo en forma de tormenta a inicios de la próxima semana.

Mientras, en el mar Caribe la tormenta tropical Isaac se abre paso a través de las Antillas Menores con vientos de más de 70 kilómetros por hora con dirección oeste, aunque también se pronostica que perderá potencia y llegue a Jamaica en forma de depresión tropical el próximo lunes.

En el océano Atlántico también se ha formado otra tormenta, Joyce, que se dirige hacia las islas portuguesas de las Azores, a donde, según pronósticos del NHC, llegará como depresión tropical a principios de la próxima semana.

Pero eso no es todo, este 13 de septiembre se ha registrado en el centro del golfo de México una perturbación que en las siguientes 48 horas podría convertirse en tormenta tropical.

Por otro lado, en el océano Pacífico, el supertifón Mangkhut se acerca a la parte norte de Filipinas, donde las autoridades ya han ordenado evacuaciones entre la población.

Según el diario The Washington Post —que titula que los océanos «están explotando con actividad ciclónica»—, la formación simultánea de varias tormentas en el Atlántico se debe a la repentina alineación de dos factores que las propician: la energía y el viento. Los vientos fuertes en la atmósfera pueden impedir el desarrollo de tormentas a altitudes más bajas, y en la actualidad se registran en la región vientos atmosféricos suaves. Además, la cizalladura del viento ha alcanzado su mínimo estacional, provocando que cualquier perturbación tropical incipiente se convierta en tormenta.

Por su parte, el meteorólogo Tim Heller ha asegurado en un tuit que en sus 35 años de carrera «nunca ha visto tanta actividad a la vez en los trópicos».

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