El uso de la tecnología molecular para el sustento de la salud suena como una ciencia del futuro que probablemente algún día podría ayudar a los pacientes. Sin embargo, esta disciplina está teniendo avances acelerados que permiten que los descubrimientos del laboratorio lleguen a los pacientes más rápido, traduciendo las innovaciones a tratamientos efectivos en la vida real y en el tiempo actual.
Hasta hace unos años, prácticamente toda la tecnología médica para diagnósticos, por ejemplo, se basaba meramente en pruebas de laboratorio clínico que buscaban diferenciar lo normal de lo anormal, pero con la identificación del ADN, que es el código genético que tenemos todos los seres vivos, nos ha llevado a desarrollar nuevas herramientas. “Sin duda ya estamos en la era del uso de ADN para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades”, aseguró el doctor Mario Gómez Zepeda, subdirector de Cáncer del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva y consultor para estrategias de market access para sector público en Qiagen.
El especialista explicó que estas tecnologías las podríamos dividir en dos grandes campos para el diagnóstico: en enfermedades infecciosas, como el caso del VIH, que era muy difícil poderlo visualizar y encontrar con prontitud.
Y para análisis de nuestras propias células e identificar las normales de las anormales, “con esto, entraríamos al campo de las mutaciones genéticas, como el cáncer”. Incluso hay un área muy específica, donde estas dos grandes disciplinas confluyen, “es el caso de virus que llegan a producir cáncer, como es el Virus de Papiloma Humano (VPH)”, que representa la infección de transmisión sexual más frecuente en todo el mundo.
Indicó que tener pruebas efectivas permitiría que ningún paciente con una infección o cambios cancerosos se le escapen al sector salud, “esto quiere decir programas de salud mucho más específicos, eficientes y eficaces para poder tratarlos y así ofrecer tratamientos oportunos”. Recordó que esto siempre será mucho más barato en términos económicos, pero también en calidad de vida para los pacientes.
Sin embargo, el doctor Gómez Zepeda aseguró que también debemos ser muy cautos, pues la inversión en tecnología debe representar un ahorro y beneficios, “debemos adaptar la tecnología que demuestre que funciona”. En este sentido, habló de dos nuevos avances para la atención temprana basados en la tecnología molecular y con buenos resultados.
Prueba por captura de híbridos
En la prueba por captura de híbridos, para la detección del VPH, tanto hombres como mujeres se ven afectados por al menos 40 tipos de VPH que infectan las zonas genitales. Una persona puede ser portadora y desconocerlo, pues la infección por este virus es asintomática. Antes de los 50 años, 80% de las mujeres contraerá algún tipo de VPH. Después del contagio, pueden pasar hasta 15 años antes de convertirse en cáncer, por ello, las pruebas de detección temprana son aliadas en el diagnóstico.
Hasta ahora, para su detección son necesarias las pruebas de identificación viral. Pero a diferencia de la citología, las pruebas de detección de ADN del VPH son capaces de identificar el virus sin que existan lesiones o síntomas. Pruebas como la Qiagen HC2 detecta los virus de bajo riesgo y 13 tipos de virus de alto riesgo, incluyendo el 16 y el 18, considerados por la Organización Mundial de la Salud como los causantes de 70% de los casos de cáncer cervicouterino.
“La captura de híbridos es una prueba que ha demostrado alrededor del mundo disminuir la mortalidad (…) En México, varias instituciones han empezado a utilizarla, es el caso de la Secretaría de Salud o el ISSSTE, pero faltan el resto, sobre todo el IMSS, donde se atiende la mitad de las mujeres en este país. Debemos avanzar, porque hay evidencia de que funciona y a la larga tiene ahorros”.
Biopsia Líquida
En la actualidad, la confirmación de los casos de cáncer y la toma de decisiones para el tratamiento tienen como eje el estudio de tejido sospechoso a partir de la toma de biopsia; este método consiste en extraer células del tejido afectado, generalmente con base en técnicas invasivas como una punción, cirugía o endoscopía y así determinar la presencia de dicha enfermedad para establecer una estrategia terapéutica.
La biopsia líquida permite hallar células cancerígenas y partículas de ADN de un tumor a través de una extracción de sangre. El doctor Gómez Zepeda explicó que ésta ayuda a detectar cáncer de localizaciones muy difíciles, por ejemplo, en el cáncer de ovario, donde, si hay una sospecha de tumor, no se hace biopsia, el paciente entra a cirugía, se quita el ovario y hasta ese momento se hace la prueba para saber si es o no cáncer.
Sobre este procedimiento dijo que “falta un camino por recorrer, su uso no es extenso y su penetración por ahora sólo es en los centros de investigación y tratamiento más importantes del país, como el INCan”, explicó que aún está en su fase de validación e introducción, pero probablemente el siguiente año estará ya disponible en las instituciones que realizan este tipo de intervenciones.
El especialista concluyó que se tiene expectativa para el empleo de las nuevas tecnologías.“Confiamos en que en esta nueva administración va a haber un avance en políticas públicas respecto al cáncer”, ya que lamentablemente no hay una estructura única para atenderlo. “Nuestro país es pionero en incorporar la biología molecular para cáncer de la mujer (mama y uterino), eso ha sido un parteaguas, pero esto debe ser replicado para los demás tipos de cáncer. A medida que tengamos una política pública en salud más clara, podremos aprovechar la tecnología con criterios de costo-efectividad y llegar a más personas”.