Tras la firma de una orden ejecutiva de congelación de todos los activos del Estado venezolano en EE.UU., analistas coinciden en que el impacto de esta nueva medida es de orden mundial.
«No podemos seguir haciendo análisis sin ver lo que está ocurriendo en el mundo«, asevera Juan Carlos Valdez, abogado experto en derecho tributario.
En su opinión, «el empeño de EE.UU. por tomar a Venezuela» se debe a que en «los ámbitos donde se está luchando por las hegemonías económico-financiera, militar y energética», el país suramericano pudiera determinar este última debido a que posee las mayores reservas mundiales de crudo.
En opinión de Valdez, la Casa Blanca no tiene real interés en que haya un eventual gobierno presidido por la oposición venezolana, a pesar de su reconocimiento del diputado Juan Guaidó como «presidente encargado», el pasado 23 de enero. «Les interesa un conflicto interno para apoderarse sin problema de la energía, como lo hacen en Libia», agrega.
EE.UU. contra el mundo
Por su parte, el internacionalista Jean-Paul Mertz considera que las acciones en contra del país latinoamericano «para tratar abiertamente de cambiar al Gobierno» han demostrado «que, aunque poderosa, la iniciativa unilateral estadounidense enfrenta cada vez más dificultades para implantarse», debido las relaciones entre países que se vinculan con «mayor independencia del dominio financiero de Washington».
Valdez recuerda que el bloque de Rusia y China está desplazando la hegemonía estadounidense, lo que explicaría «el empeño de EE.UU. por Venezuela» para evitar que la balanza energética se incline hacia otro lado.
Ambos especialistas destacan la capacidad de resistencia de los venezolanos frente a un cerco económico y financiero, que se ha estrechado mucho más en los últimos años último años, impidiéndole al Estado realizar con normalidad la compra de alimentos, medicinas e insumos básicos.
Un informe del Centro para la Investigación Económica y Política (CEPR, por sus siglas en inglés) revela que las sanciones de EE.UU. contra Venezuela causaron la muerte de alrededor de 40.000 personas entre 2017 y 2018.
¿Sanciones contra Maduro?
Mertz, internacionalista y profesor universitario, recuerda que «al momento de evaluar el histórico de las acciones de bloqueo» debe tomarse en cuenta la Orden Ejecutiva 13692, de fecha 8 de marzo de 2015, conocida como ‘Decreto Obama’, donde se declara a Venezuela como «amenaza inusual y extraordinaria».
En esa oportunidad, y tal como lo sostienen incluso la oposición venezolana y altos voceros estadounidenses, «las sanciones no apuntaban contra el pueblo, la economía, ni el área petrolera» sino contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, considera Mertz.
Desde entonces han sido sancionados unos noventa funcionarios venezolanos, entre directores de los poderes públicos y de cuerpos de seguridad del Estado, ministros, gobernadores, miembros del alto mando militar y el propio presidente venezolano, pero también se han llevado a cabo restricciones como congelamiento de los activos del Estado en el exterior, el bloqueo de cuentas y las sanciones contra la petrolera estatal PDVSA.
Estas acciones, según explica Mertz, se llevan a contrapelo con una estrategia en medios, a escala internacional, que «trata de impulsar al liderazgo opositor» y de ocultar las acciones punitivas que «ellos mismos impulsaron, sin pensar en las consecuencias sobre la población».
Entre 2017 y 2019, dirigentes opositores venezolanos hicieron giras internacionales para pedir más presión contra su país y estrechar el cerco económico. Por eso, sostiene el especialista, el antichavismo necesita mostrar ahora que las sanciones son contra los personeros del Gobierno y que, al suprimirlos del escenario, «se acaban las dificultades».
Consecuencias y soluciones
A corto plazo, explica el profesor universitario, estas medidas punitivas de EE.UU. contra Venezuela afectan directamente el envío de remesas, la situación de los migrantes, la presencia de personal diplomático venezolano en organismos como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y el mantenimiento de activos de cualquier ciudadano de ese país en bancos estadounidenses.
Ante esta situación, el abogado experto en derecho tributario alude la necesidad que tiene Caracas de fortalecer la política de abrirse a nuevos mercados —que se impulsa desde hace algunos años— como India, Turquía, Irán, Rusia y China.
«Los mercados juegan un papel importante desde la perspectiva de la cantidad de personas que representan y la capacidad de compra», dice Valdez. «Ese bloque comprende casi la mitad de la población del mundo«, agrega.
Ante la pregunta de cómo evitar más agresiones, considera que su país debe salirse «del ámbito de influencia de EE.UU.». «No van a dejar de atacarnos para lograr su objetivo«, agrega tras reiterar que Venezuela tiene «todos los recursos necesarios para ser un destino atractivo» de inversiones.
Con respecto a las posibles soluciones, Mertz estima que lo principal es «conocer realmente el problema» para «conformar acciones eficientes respecto al bloqueo financiero».