Los auriculares, cableados o inalámbricos, son un excelente accesorio muy útil para acceder a una lista de temas o para oir un contenido sin necesidad de compartir el audio con otra persona. Es algo sencillo, simple y que ha funcionado durante décadas para el consumo de música desde un smartphone o en el asiento de un avión para ver una película sin molestar al pasajero de al lado.
Sin embargo, este accesorio podría quedar como un objeto obsoleto ante el desarrollo de la firma israelí Noveto, que presentó un sistema de audio que utiliza una tecnología de ondas de sonido enfocadas al usuario, que puede disfrutar de música o del audio de una transmisión de forma personal, sin auriculares y sin que otros puedan oír sonido alguno. Denominado Sowlo, sus creadores aseguran que permiten crear una experiencia de sonido libre de accesorios en diversos entornos, como en un auto, en el gimnasio o en el living de casa.
Existen tecnologías similares, como el audio omnidireccional del sistema Acoustic Surface que utilizó Sony en sus pantallas Bravia OLED, que se emite el sonido desde la pantalla de TV sin sin parlantes físicos. A su vez, la firma francesa Thales presentó hace unos años un sistema de entretenimiento en vuelo que envía el audio al usuario sin necesidad de auriculares y sin interrumpir al resto de los pasajeros.
En este caso, la tecnología de Noveto no es fija, sino que permite que el audio pueda seguir al usuario mediante un sensor de seguimiento 3D que identifica la ubicación de las orejas para poder direccionar el sonido de forma precisa.
Noveto fue premiada por el certamen Daimler Startup Autobahn, donde el uso de esta tecnología estuvo enfocada en el envío de audio personalizado para los pasajeros y el conductor dentro de la cabina de conducción.
Si bien aspiran a estar integrado en diversos sistemas de sonido disponibles en el mercado, Noveto planea dar sus primeros pasos con unidades independientes que se asemejan a pequeños transmisores que se pueden acoplar sin problemas a televisores, equipos de audio o computadoras, con un costo aproximado de 250 a 300 dólares.