Más de 4 mil habitantes desplazados de Tila, Chiapas, debido a la violencia de grupos armados, han decidido no regresar a sus hogares ante la falta de condiciones de seguridad adecuadas. Los desplazados exigieron certeza jurídica sobre sus propiedades y la aplicación de la ley contra quienes destruyeron sus bienes y los forzaron a abandonar el pueblo el pasado viernes.
Una de las afectadas expresó su desconfianza en las promesas de protección del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, cuestionando la duración y efectividad de dicha protección si no se les otorga la autoridad necesaria para detener a los responsables. Durante una asamblea en el municipio vecino de Yajalón, donde se encuentran refugiados, planteó: “¿Cómo vamos a regresar? O, ¿quieren regresar ustedes?”. La respuesta unánime fue negativa.
Las autoridades gubernamentales habían acordado que este martes se iniciaría el regreso de los desplazados, acompañados por fuerzas de seguridad federales y estatales para garantizar la seguridad. Además, se prometió apoyo con la reposición de bienes perdidos y la implementación de acciones en salud, educación y vivienda.
En la asamblea de Yajalón, otra mujer desplazada manifestó que no reconocen los acuerdos alcanzados unilateralmente en una mesa de diálogo. Exigió que se castigue a los responsables del grupo armado «Autónomos».
Otro desplazado comentó que supieron que el sacerdote Heriberto Cruz Vera y el presidente municipal Limber Gutiérrez Gómez participaron en la negociación, pero esta se realizó a espaldas de los desplazados, sin su representación.
Los desplazados insistieron en que cualquier retorno debe estar condicionado a la aplicación de la ley y a la garantía de seguridad proporcionada por la Guardia Nacional y la Policía de Seguridad Pública. Un participante enfatizó que de no ser por el apoyo de instituciones externas y los militares, no habrían podido salir de Tila. Criticó al alcalde Limber Gutiérrez Gómez, acusándolo de gobernar por 30 años y tomar decisiones sin considerar a la comunidad desplazada.
La violencia en Tila se intensificó el 4 de junio, con el grupo «Los Autónomos» atacando a los residentes del ejido y sus anexos. Los desplazados denunciaron que no fue un enfrentamiento, sino un ataque dirigido, y advirtieron que regresar sin garantías de seguridad solo resultaría en nuevos desplazamientos.
Una de las participantes concluyó que no regresarán mientras no haya garantías suficientes de seguridad y no se les aseguren las 130 hectáreas de tierras donde están sus viviendas. «No queremos tierras», enfatizó, subrayando la necesidad de certeza jurídica y protección efectiva antes de considerar el retorno.
(Con información de AquiNoticias)