Dos de las mujeres rescatadas junto a la española Patricia Aguilar de una secta en Perú relataron a las autoridades locales cómo era la vida con el líder Félix Steven Manrique, de 35 años de edad, quien se hacía llamar ‘Príncipe Gurdjieff‘.
«Steven es el jefe del hogar, como nuestra pareja y padre de los niños, pone las reglas de convivencia», dijo una de las mujeres rescatadas, según el sumario de la investigación, al que tuvo acceso El Periódico.
La mujer cuenta que ellas trabajaban «12 horas diarias» y se hacían «cargo de la manutención de Steven y Patricia y los niños», debido a que el ‘Príncipe Gurdjieff’ se quedaba en casa junto a la joven española, que al ser buscada por las autoridades, «no trabajaba» y «estaba al cuidado de los pequeños», cinco en total, de las tres esposas del gurú.
La víctima también contó que Manrique les «pedía fidelidad, respeto, orden moral, no salir de noche y saber comportarse». Mientras, según relata otra de las ‘esposas’ que estuvo 18 años con el gurú, él «acudía a cabinas de internet para conectarse por horas». A cambio de cumplir con esas exigencias, el líder de la secta gnóstica les prometió la «iluminación», que solo conseguirían mediante «la alquimia sexual» [relaciones sexuales sin placer].
«Unas veces una, a veces otra y otras yo»
Según la confesión de las mujeres, las tres esposas se turnaban para dormir con Manrique.
«Al inicio estábamos en un local, había una cama armada y dos colchones, uno mediano y otro chico. En la cama grande dormía Steven feliz con una pareja. Unas veces una, a veces otra y otras yo. Los otros, nos acomodábamos en el piso», relata una de las féminas, quien dice que «todas» tenían «relaciones sexuales con Steven hasta el momento de la concepción». «Cuando me quedé embarazada ya no tuve más y con Patricia ocurrió igual», añade.
Maltrato infantil
También hubo maltrato infantil por parte del hombre que proclamaba el apocalipsis y aseguraba que Dios le había elegido para repoblar el mundo, de acuerdo a los relatos de los niños, cuyas edades oscilan entre tres y 10 años.
«Mi papá me pega más, una vez me tiró un puñete en la cara, yo he visto como una vez le pegó y le ahorcó a mi mamá, por eso a mi papá no le quiero; él no trabaja, solo pasa sentado y reniega mucho», contó uno de los menores.
Aguilar, las otras dos mujeres y los cinco niños fueron encontrados en malas condiciones físicas en la selva de San Martín de Pangoa, una vez que el padre de la joven española, Albert Aguilar, lograra impulsar una investigación de la Fiscalía de ese país contra la Trata de Personas.
La joven estuvo 18 meses en la secta, tras ser captada en enero de 2017.